Las divisiones internas en el movimiento castillista se han intensificado en medio del juicio por el golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo. La agresión de un grupo de seguidores de Castillo contra Aníbal Torres, seguida de acusaciones hacia militantes del partido Adelante Pueblo Unidos (APU), marca un nuevo episodio en las disputas internas en torno a la figura del exmandatario.
El pasado martes, simpatizantes de Pedro Castillo se congregaron en la entrada del complejo policial Dinoes para apoyar al exmandatario en el inicio de su juicio oral, en el que enfrenta una posible condena de 34 años de prisión. Los castillistas llegaron en grupos, principalmente representando a dos partidos en proceso de inscripción: Todo con el Pueblo (TCP) y Adelante Pueblo Unidos (APU). Aunque ambos grupos compartían el objetivo de rechazar la detención de Castillo y el juicio en su contra, sus diferencias se hicieron evidentes al final de la jornada.
La aparición de Aníbal Torres, ex primer ministro y coacusado en el juicio, exacerbó las tensiones. Torres fue agredido por un grupo de seguidores de Castillo, quienes lo acusaron de traición. Una mujer con una pancarta de Todo con el Pueblo insultó a Torres, mientras representantes de APU lo defendían. Este incidente subraya las divisiones dentro del movimiento castillista, que se han profundizado desde la vacancia de Castillo.
Durante su gobierno, Castillo se alejó de Perú Libre, el partido que lo llevó al poder, y los intentos de inscribir nuevas agrupaciones políticas, como el Partido Magisterial y Popular (PMP) y Peruanos Como Tú (PCT), fracasaron. A pesar de esto, los simpatizantes castillistas se han mantenido activos en las marchas contra el gobierno de Dina Boluarte y en las transmisiones de la llamada «prensa alternativa», que apoyó a Castillo y Torres cuando estaban en el poder.
La división en el movimiento castillista se ha centrado en quiénes representan realmente el legado de Castillo y quiénes lo traicionaron. Un grupo de castillistas ha señalado a Torres como un «traidor» y lo ha acusado de ser un agente de las fuerzas opositoras al expresidente. Otro grupo, en cambio, considera a Torres como un personaje leal a Castillo hasta el final y lo ve como un posible candidato para las elecciones de 2026.
