: La Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) está promoviendo una serie de reformas para cerrar las brechas entre los ahorristas tradicionales y los inversionistas retail, mientras impulsa innovaciones como los ETF de deuda soberana. En un contexto en el que la economía peruana busca consolidar su recuperación, el mercado de valores emerge como un pilar fundamental para canalizar recursos hacia sectores productivos y ofrecer alternativas de inversión a pequeños y grandes ahorristas.
El mercado de valores peruano, tradicionalmente dominado por inversores institucionales, está experimentando una transformación significativa. El titular de la SMV, Juan Pichihua Serna, enfatiza que esta plaza peruana está compuesta por tres pilares fundamentales: la oferta primaria, el mercado secundario y los fondos mutuos. Mientras el mercado secundario y los fondos mutuos de inversión en valores mostraron un comportamiento dinámico durante el último año, los montos colocados por oferta primaria registraron una ligera caída, luego de una importante recuperación en el 2023. Para mantener una tendencia favorable en el 2025 de los principales indicadores del mercado, es esencial fortalecer la confianza entre los emisores y los inversionistas y sus perspectivas de largo plazo.
Pichihua subraya la importancia de “hacer que los emisores ganen confianza, en particular el sector privado”, lo cual podrá ir acompañado con la implementación de medidas para reducir costos de transacción y simplificar procedimientos de registro. La SMV identificó correctamente que el fortalecimiento del mercado de valores no depende únicamente de medidas regulatorias, sino también de una cultura empresarial basada en la transparencia y las buenas prácticas. Los códigos de buen gobierno corporativo emergen como instrumentos clave para generar confianza en el mercado. Es fundamental que las empresas revelen “información importante de manera natural, que no se les exija, sino que sea un comportamiento regular”.
Uno de los problemas estructurales identificados por la SMV es la asimetría tributaria entre los ahorristas tradicionales y los inversionistas del mercado de valores. Mientras los rendimientos obtenidos en el sistema bancario están exentos del impuesto a la renta, aquellos generados en el mercado de valores están gravados, creando una “asimetría tributaria” que desincentiva la participación en este último. Esta disparidad tributaria constituye un obstáculo significativo para la democratización del mercado de valores y merece una revisión profunda por parte de las autoridades competentes. Aunque el tema tributario escapa a las competencias directas de la SMV, es responsabilidad de esta institución “hacer notar que se puede estar generando estos arbitrajes regulatorios”.
En medio de estos desafíos, emergen señales positivas. El superintendente adjunto de Supervisión Prudencial, Gutiérrez Ochoa, destaca que los fondos mutuos “ya están cumpliendo su función” como foco de atracción para inversionistas retail, con 417,000 partícipes actualmente. La próxima introducción de un Exchange Traded Fund (ETF) de deuda soberana representa un avance significativo. Este instrumento permitirá a cualquier persona invertir en una canasta diversificada de bonos soberanos peruanos, con diferentes vencimientos y ponderaciones. Un inversionista que adquiera certificados de este ETF estará comprando indirectamente “una canasta de diez u once bonos soberanos del Perú con diferentes vencimientos”.
Gutiérrez subraya que, aprendiendo de experiencias pasadas como el programa de Participación Ciudadana, varias Sociedades Agentes de Bolsa (SAB) están buscando minimizar o eliminar los costos de custodia e intermediación para inversiones pequeñas, facilitando así el acceso de más peruanos al mercado de valores. Por otro lado, el sector Fintech emerge como un aliado estratégico para la expansión del mercado de valores. El superintendente adjunto de Supervisión de Conductas de Mercados, Carlos Rivero Zevallos, resalta que estas empresas “pueden contribuir a dar una mejora a los servicios que hoy en día ofrecen nuestros supervisados” mediante plataformas y aplicativos que potencian los servicios existentes.
La regulación de las plataformas de financiamiento participativo financiero constituye un ejemplo concreto de cómo la SMV está adaptándose a las innovaciones tecnológicas. Con cuatro sociedades autorizadas y 488 proyectos financiados, estas plataformas están demostrando su capacidad para canalizar recursos hacia proyectos de inversión. Gutiérrez Ochoa complementa esta visión señalando que el “onboarding digital” ha facilitado el ingreso de miles de nuevos inversionistas al mercado a través de las SAB, destacando la importancia de la “neutralidad tecnológica” en la regulación.
Un aspecto crucial para el futuro del mercado de valores peruano es la necesidad de mantener la categoría de “mercado emergente” en las clasificaciones internacionales. La idea es mantener esta categoría, ya que tiene implicaciones directas para la atracción de inversiones extranjeras. El estatus de mercado emergente otorga al Perú una ventaja competitiva frente a mercados menos desarrollados, al transmitir a los inversionistas internacionales una señal de mayor solidez institucional, liquidez y profundidad. La pérdida de esta categoría podría desencadenar salidas de capitales y un aumento en los costos de financiamiento tanto para el sector público como para el privado, afectando negativamente las perspectivas de crecimiento económico del país.
En resumen, la SMV está impulsando la democratización del mercado de valores mediante reformas e innovaciones que buscan cerrar brechas entre ahorristas tradicionales e inversionistas retail. La introducción de ETFs de deuda soberana, la reducción de costos de transacción y la promoción de una cultura empresarial basada en la transparencia son algunos de los esfuerzos clave para fortalecer el mercado de valores peruano y atraer más inversiones.

