En el Kremlin, el presidente ruso Vladímir Putin ofreció una cena oficial para mandatarios extranjeros en el marco de las conmemoraciones por los 80 años de la victoria del Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial. Durante el evento, Putin agradeció la presencia de líderes de casi treinta naciones, incluidos Xi Jinping de China y Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil.
“Propongo brindar por los vencedores, por la paz, la prosperidad y por nuestros amigos”, expresó el mandatario ruso al iniciar el banquete. También recalcó la importancia de la ONU como centro de un orden mundial más justo y de una seguridad global indivisible.
Putin destacó el papel de los aliados en la lucha contra el nazismo, afirmando que Rusia no olvida a quienes acompañaron ese esfuerzo. La ceremonia se realizó en vísperas del desfile militar en la plaza Roja, al que asistirán también veteranos de guerra, incluidos estadounidenses.
Desde el Kremlin se afirmó que los intentos de Ucrania por disuadir la participación internacional fracasaron, según señaló Yuri Ushakov, asesor presidencial. Denunció que Kiev intentó intimidar a los jefes de Estado, pero estos respondieron con firmeza: “Los líderes son personas independientes y decididas. La mayoría ya está en Moscú o llegará pronto”.
Estas declaraciones surgieron después de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se negara a respaldar una tregua unilateral de tres días propuesta por Moscú. A su vez, la representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, expresó que los verdaderos defensores de la paz deberían estar este 9 de mayo en Ucrania, no en Rusia.
El desfile conmemorativo de este año destaca los vehículos históricos y modernos del arsenal ruso. Encabezados por los icónicos tanques T-34, también participan unidades como los SU-100, los recientes T-90M Proriv, y los actualizados T-80BVM. Artillería como el Malva de 152 mm y blindados BTR-82A complementan la muestra militar.
Este acto rememora el primer desfile de la victoria, celebrado el 24 de junio de 1945, en el que más de 40,000 soldados marcharon frente al mausoleo de Lenin. Aquella vez, como gesto simbólico, se arrojaron más de 200 estandartes enemigos a los pies del mausoleo. La parada fue dirigida por el general Konstantín Rokossovski y presentada al mariscal Gueorgui Zhúkov, figura clave de la victoria soviética.

